Neuroscience

Dr. Hilario Paul Alanís Reséndiz

Neurocirugía y Terapia Endovascular Neurológica

Facultad de Medicina Universidad Autónoma de Nuevo León

Hospital Universitario Dr. José Eleuterio González

Cédula Profesional 4108940

Cédula Especialidad 5184990

Certificado por el Consejo Mexicano de Cirugía Neurológica No. Socio 786

Miembro de la Sociedad Mexicana de Cirugía Neurológica, A.C.

Medico Cirujano y Partero por la Universidad Autónoma de Nuevo León.

Especialidad de Neurocirugía y Terapia Endovascular Neurológica por el Hospital Universitario de la Universidad Autónoma de Nuevo León.

Profesor Asociado del Programa de Terapia Endovascular Neurológica de la Universidad Autónoma de Nuevo León.

Profesor Asociado de Neurocirugía en el Programa de Residencia del IMSS por la Universidad de Guanajuato.

Neurocirujano Certificado por la Sociedad Mexicana de Cirugía Neurológica A.C.

Miembro del Consejo Mexicano de Cirugía Neurológica.

Miembro del Colegio de Neurocirujanos del Estado de Guanajuato.

Miembro de la Asociación Mexicana de Enfermedad Vascular Cerebral (AMEVASC)

Embolización de Malformaciones Arteriovenosas Cerebrales: Las malformaciones arteriovenosas cerebrales es una enfermedad relativamente rara debido a que las estadísticas modernas indican que existe un caso por cada 250,000 o 500,000 personas. Pero su importancia radica en que suele encontrarse en personas muy jóvenes frecuentemente niños o en personas menores de 20 años. En muchas ocasiones se encuentra de manera incidental, es decir al realizarse un estudio de imagen cerebral por alguna otra causa (por ejemplo: trauma craneal o migraña) se detecta una malformación arteriovenosa antes de que haya dado algún síntoma.

Básicamente la enfermedad se tiene desde antes del nacimiento y suele dar síntomas hasta que por alguna causa la malformación deja de llevarse bien con el cerebro. Se caracteriza por un nido de arterias, venas y capilares malformados y frágiles, arterias que alimentan (arterias aferentes) y sus venas de drenaje que sacan la sangre de la lesión hasta a una velocidad 50 veces mayor que lo normal (venas eferentes). El síntoma más grave obviamente es la hemorragia cerebral pero en ocasiones suele iniciar con crisis convulsivas, dolor de cabeza atípico o fenómenos de “robo de flujo sanguíneo” caracterizados por debilidad de un brazo pierna de manera pasajera. Aun y así existen muchas personas que con esta enfermedad se mantienen asintomáticas.

La literatura moderna estrictamente nos indica que a menos que la persona haya tenido uno o varios eventos hemorrágicos cerebrales se tiene que intervenir a la malformación. Sin embargo, se requiere de la valoración individualizada y cuidadosa de cada caso por un médico especialista para determinar qué tipo de seguimiento se debe de tener.

En caso de que se decida intervenir a la malformación existen tres formas de tratamiento: Micro-neurocirugia, RadioCirugía y embolización endovascular. Generalmente, por lo complejo de la enfermedad frecuentemente se requiere de una combinación de las distintas formas de tratamiento. Por lo general embolización endovascular pre-operatoria y resección quirúrgica posterior. El tratamiento endovascular consiste en la inyección selectiva de líquidos embolizantes con una densidad de 18 a 25 mayor que al agua de manera que se ocluye el nido de la malformación arteriovenosa y finalmente su vena de drenaje, por lo general preservando la arteria eferente. Cuando las malformaciones son pequeñas pueden ocluirse en su totalidad por terapia endovascular.

Existen otras malformaciones vasculares que deben ser distinguidas de una malformación arteriovenosa cerebral como: Angioma cavernoso, Telangiectasia capilar cerebral, anomalías venosas del desarrollo cerebral, fístula dural, etc.

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